Área del cuidador
Cuidados del cuidador
Las personas que cuidan a un paciente con deterioro cognitivo, a menudo no están preparadas para afrontar lo que se deriva de las tareas, tensiones y esfuerzos que supone el cuidado.
En la mayoría de los casos representa un impacto emocional.
En ocasiones, dependiendo de cuál sea el parentesco o la relación entre el cuidador y la persona cuidada, existen diferencias en la forma en que se vive y acepta la situación de cuidado. Si se trata de la esposa o del esposo, una hermana/o o hija/o, el cuidado es aceptado más fácilmente.
En cualquier caso, los cuidadores se ven expuestos a muchas emociones y sentimientos encontrados. Algunos positivos, como los sentimientos de satisfacción por contribuir al bienestar del ser querido, otros negativos: sensación de impotencia, culpabilidad, soledad, preocupación, tristeza o cansancio.
Además, el tiempo dedicado al cuidado pueden tener consecuencias laborales y aparece la sensación de que se incumple con el trabajo o con el cuidado del paciente.
Otra de las consecuencias que experimenta el cuidador es una reducción del tiempo para sus relaciones sociales, para su ocio y se experimenta aislamiento, problemas psicológicos, depresión, irascibilidad, tristeza…
Es importante:
1.Compartir tareas con otro familiar o cuidador
Repartir y delegar responsabilidades. No se puede ni se debe “hacer todo”.
2.Formarse
A veces el no saber cómo enfrentarse a una situación con las personas dependientes produce ansiedad y estrés. Es fundamental aprender todo lo que se pueda sobre la enfermedad, cuales son las reacciones de los enfermos para saber afrontarlas.
3.Reservar un tiempo diario para el ocio o cualquier actividad.
Dedicarse a uno mismo, potenciar el bienestar físico y mental.
4.No autoculparse
Culpabilizarse alimenta el estrés y la ansiedad y realmente la situación no depende de nadie. Hay que realizar el mejor trabajo posible, siempre dentro de nuestras posibilidades.
